¿TRABALENGUAS? – No lo crean
“Pero, Uds. ¿no notaron que el féretro era demasiado chico para que cupiese el ex presidente? Es lo que dice la gente, en la calle. ¿Uds. lo habrán escuchado?”
Por Osvaldo Cócaro
¿Cuántas veces hemos escuchado una frase, una y otra vez durante el día y, más aún durante varios días?
Una frase, dicha y repetida hasta el cansancio, por algunos ”formadores de opinión”, que les bajan línea y argumento desde algunos medios monopólicos, con una intención, deseo, o seudo noticia, que inmediatamente es seguida por otra frase, también prefabricada, para reforzar la primera. Pero, que no es una fuente o algo fehacientemente comprobado. Es solo eso: una frase prefabricada sin sustento en si misma, pero que trata por todos los medios de sustentar y dar verosimilitud a la primera frase.
Y lo que se dice, dándole una contundencia de verdad, se la refuerza con esa segunda frase, por el hecho que lo que se está aseverando, se observa casi en el momento de pronunciarla como una mentira disfrazada, ya que no tiene sustento real.
Algo engorrosa la explicación previa, ¿no? Pero, es una explicación lógica en su propio enredo de palabras. ¿Estamos peor, no? La pregunta ahora, que se hace el que esto está leyendo, es: ¿a donde quiere llegar este tipo?.
Hagamos un pequeño desvío de lo que decíamos pero que tiene que ver con lo antedicho.
Hay muchos “formadores de opinión” (periodistas???) que al escribir un artículo en el cual informan o “cuentan” situaciones imaginadas o inexactas con fuertes fallas de veracidad, suelen, arteramente, citar fuentes reservadas y anónimas de información y de difícil comprobación. Por ejemplo:” …comentado of the record por un ex funcionario que aún tiene llegada a algunos jerárquicos dentro del organismo mencionado.” Ó: …deslizo dicha denuncia, solicitando reservas, un funcionario de segunda línea….” Así, sin concretar. Fuentes anónimas. Ni el Sr. Juan Pérez, ni el Sr. Carlos González, etc. El ventajoso, inhallable, invisible y Sr. anónimo incomprobable. ¿Fuentes de información?
Ahora bien, ¿es esto una información, una mentira, una desinformación o una forma baja y canallesca de perturbar el verdadero derecho a ser informado con veracidad que tiene el Pueblo?
Este derecho del Pueblo, ¿no sería más prioritario que la mal utilizada y mentida, en estos casos, libertad de expresión, que con tanta vanalidad esgrimen algunos seudo periodistas, seudo conductores y medios monopólicos?
Ahora, volvamos al principio. Si bien reconozco que hay que tener una gran (malvada) imaginación, para mentirle al mismo Pueblo que si defiende el derecho de libertad de expresión, en forma real, por que pretende que se le diga la verdad sin tapujos, esa imaginación (maldad), al quedar descubierta determina que el Pueblo, en su sabiduría, la castigue, y castigue a quien la generó, con todo su poder (porque, también se olvidan, omiten arteramente, que el verdadero poder lo tiene el Pueblo). Y ese castigo es simplemente (¿simplemente?) el de no reconocerlo como referente para confiar en él. Y aplica entonces, la indiferencia a sus mensajes y opiniones, clasificándolo y encasillándolo como mentiroso. Como falsario de ideas. O peor, vendido por 30 dineros a alguien. Y el Pueblo, en estos casos, que nunca se equivoca, no da una segunda oportunidad.
Entonces, voy ahora a dilucidar ese trabalenguas del principio. Que parece un trabalenguas, pero no lo es. Porque, apenas les amplíe el ejemplo del epígrafe, lo van a comprender.
Y como ejemplo, he elegido este, muy reciente y muy doloroso. Algo pensado con una liviandad y falta de respeto que raya en la total falta de humanidad, sentido común, ética y moral. Lo que ha muchos, nos ha puesto en estado de bronca.
Desde ya pido perdón, porque es algo fuerte, y a la mayoría nos hizo mal escucharlo.
En días anteriores, algunos medios, algunos/as periodistas y hasta algunos/as conductores de programas, se dedicaron muy “alegremente” y poniendo cara de inocentes, a decir la siguiente frase.”Pero, Uds. ¿no notaron que el féretro era demasiado chico para que cupiese el ex presidente?” Duro y áspero ¿no?
Esa es la primera frase. La que hay que repetir y repetir hasta el cansancio. Hay que “mentirla”, hasta que en una de esas alguien la crea, o por lo menos empiece a dudar.
Pero, hablamos de una segunda frase, que reforzaría esta maledicencia, para no quedar el que lo dice como autor de la misma, y en consecuencia perder sustentabilidad. Nada más que por cobardía. De “mala leche”, “muy mala leche”, diría mi amigo Eduardo.
Y esa segunda frase, es aquella “tan espléndida” que se adapta a toda mentira, insostenible y canallesca: “Es lo que dice la gente, en la calle. ¿Uds. lo habrán escuchado?
Listo, ahora a repetirlas y repetirlas, una y otra vez. Por distintos medios y distintos serviles.
¿Se entiende, ahora, el trabalenguas del principio?
Ni siquiera tienen la valentía de decir que es lo que ellos mismos piensan. Ó, mejor dicho que es lo que ellos desean. Pero, lo que piensan y desean no es la verdad. Es una triste y arrastrada (rastrera?) mentira.
Porque, yo pregunto en mi ignorancia: ¿De qué gente hablan, cómo se llaman? ¿En dónde está esa calle, callejón o cortada en que encontraron a todo ese mundo de gente, que así pensaba? ¿En que país?
Por eso, y a pesar de mi ignorancia que reconozco que es mucha, cada vez que escucho esta segunda frase, inmediatamente encasillo esa información que me quieren “inyectar”, como algo dudoso, y que es muy seguro que es una nueva mentira para descalificar, ensuciar, entorpecer o cuestionar la buena gestión que alguien está realizando en favor de todos. Ó intentar salvar del dedo acusador del Pueblo, a alguien que trató o está tratando de perjudicar al mismo. Ó que ya lo estuvo o lo está perjudicando.
Y esto, va para todos esos que se creen los dueños de esas “verdades” que dicen que se dicen en la calle: Lo que dice la gente, lo dice en la cara. Ó lo grita si quiere. Ó lo escupe con bronca si quiere. Y también lo canta. Como el Himno. Ó lo tararea si se le antoja.
Pero esa gente, que es realmente el Pueblo, lo hace de frente, sin tapujos y en donde le plazca. No en una calle que conocen solo 6,7 u 8 personas (perdón, como dijo Leuco: “es un fallido”).
Y el Pueblo lo hace así, por que este es (como nos canta León) el País de la LIBERTAD. Y por esa Libertad en que se vive, el Pueblo no teme, y dice ó grita ó llora ó canta cuando quiere, cuanto quiere y lo que quiere, no lo que le dicen que se dice en una calle desconocida. En un país desconocido.
Porque tiene Libertad para hacerlo. Libertad que costó mucha sangre. Sangre que no se olvida. Y menos con mentiras.
Para vos querido Poli, que siempre te tengo presente. Que estés donde estés sepas que las cosas van mejor, y que fue un amigo, a encontrarte en donde doblan los sueños para contártelo. A vos y a otros 30.000
